77. Mi Refugio
Roxana
Mis ojos ardían de tanto llorar, después de repetir lo ocurrido. Méndez se acababa de ir con mi declaración, aunque me advirtió que no sabía cuántas veces más tendría que hacerlo. Torretti salió a despedirla, pero a su regreso lo hizo junto a Alessandro. La puerta tras ellos se cerró con más fuerza de la necesaria y el sonido me hizo subir el miedo por la garganta como bilis.
—¿Cómo estás? —Algo hizo que se detuviera a unos pasos de mí.
—Cansada —confesé mientras se sentaba en el sillón de enfrente y se tomaba su tiempo para hablar.
—Roxana, tengo que decirte algo y no es fácil. Valentino... logró escapar del hospital.
Mi mente imaginó los peores escenarios. Esta faceta de Valentino era nueva, pero conocía su obsesión por conseguir lo que quería y era capaz de ir por lo que más amaba, así que me puse de pie, aunque me mareé por la rapidez con la que lo hice.
—Tengo que ir por Andrea.
—Ya está a salvo. Pero tú no puedes quedarte en la ciudad. Creo que lo mejor es ir al chalet