101. Un Golpe de Realidad
Roxana
Mateo ya nos esperaba frente a los escalones de comisaría. Se volvió a reír al mirarme y saludó a Romano con una familiaridad que me irritó.
—No te molestes, Roxana. Con todo lo que ha sucedido, Alex solo quiere trabajar en paz sabiendo que estás a salvo.
—¿No se supone que están enfadados? ¿Por qué lo defiendes?
—Porque el que opinemos distinto no nos hace enemigos. Alessandro es un hombre racional, excepto en lo que se refiere a proteger a los que ama. Y en este momento, ella es su enemiga. Así que los que están del lado de su enemigo...
—Están en contra suya —terminé por él antes de suspirar cuando asintió con tristeza.
Las luces fluorescentes del corredor parpadeaban intermitentes, proyectando sombras sobre las paredes de azulejos grises. Había pasado el día imaginando este momento, preparando mi armadura contra el filo de las palabras de Elena con las que siempre salía herida.
—¿Qué significa exactamente retirar la denuncia? —pregunté cuando me señaló el camino.
—Es el ini