El viaje hacia la aldea de losKoo Yasifue una lección de silencio. Cuarenta guerreros, antiguos enemigos mortales, marchaban juntos a través de la selva. No había camaradería, solo una tregua tensa y frágil, mantenida por el respeto y el miedo hacia la niña de ojos dorados que los había enviado.

Kael caminaba al frente, el peso de su misión aplastándolo. A su lado, un guerrero Jaguar llamado Ch’ak, cuya familia había sido asesinada por los hombres de Ocotl, caminaba con una rigidez que traicionaba su odio contenido. Detrás de ellos, los hombres de Kael miraban a sus escoltas con una mezcla de recelo y una extraña gratitud. Eran la prueba viviente de la promesa de Nayra.

Al tercer día, vieron el humo de las hogueras. La aldea del Pueblo de la Serpiente estaba acurrucada en un pequeño valle, rodeada por u