La silueta en la entrada de la cueva se definió, y el corazón de Nayra dio un vuelco. Era Itzli, el líder de los cazadores. Su rostro, iluminado por la luz moteada del exterior, pasó del asombro a una profunda preocupación."¿Nayra?", su voz resonó en el pequeño espacio, más un susurro de incredulidad que una pregunta. "¿Qué haces aquí? ¡Es peligroso! Te... te hemos estado buscando". Detrás de él, los otros dos cazadores se asomaron, sus rostros reflejando la misma confusión.El pánico se arremolinó en el estómago de Nayra, pero su rostro permaneció como una máscara de serenidad divina. Era una actriz en el escenario más importante de su vida. No retrocedió. No se disculpó. En su lugar, inclinó la cabeza con una leve y enigmática sonrisa."No me habéis encontrado, Itzli", dijo, su voz suave pero firme. "Estaba esperandolos".Los tres hombres se miraron, desconcertados."Mi Padre me guio hasta este lugar", continuó Nayra, dando un paso adelante, colocándose entre ellos y la veta de min
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