Capítulo veinticinco. Jamás me cansaré de ti

Sebastián había dicho que no todo era sexo y lo que tenían era mucho más que simple sexo, pero tener a Oliver sobre su cuerpo le hacía olvidar por un momento sus propias palabras.

—¿Sebastián? —Oliver restregó su dura polla contra la pierna del hombre.

El agua podía disimular lo que pretendía, pero sabía perfectamente que Sebastián podía adivinar lo que quería.

—Eres una jodida tentación, quiero hacer las cosas bien, Oliver. Quiero disfrutar contigo mucho más que…

—Sexo, lo sé. Pero no puedes pretender que deje de sentir este fuego voraz que me atormenta y que nace de mis entrañas. Entiendo muy bien lo que me has dicho y no sabes lo feliz que me haces, Sebastián, pero ahora mismo solo deseo que te entierres en mi interior y me demuestres con hechos lo que sientes por mí —le provoc&

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo