Ningún nombre. Solo una letra. Una simple letra que no significaba nada o significaba mucho. Esa letra era "K”. Una letra que no podrías olvidar. Una letra con un mensaje bastante sucio, oscuro. Ojos azules y piel blanca. Solo eso. No había más. Podrías verlo en el tren a mitad de la tarde observando a los pasajeros con ojos soñadores, algo locos, quizá un poco melancólicos. Podrías verlo y sentir su presencia y quizá con mucha mala o buena suerte te arrastraría a un hotel para que hicieras con él lo que desearás, besarlo, tocarlo incluso golpearlo, las posibilidades eran muchas, debías decidir cuál usarías para él y para ti mismo. No había reglas, no había nada que no pudieras hacer, sólo un par de cosas, no volverías a verlo después de eso y jamás te diría su nombre, ese era un secreto que se llevaría consigo. Si insistes te dirá esa letra:“K”
Ler mais¿Mi nombre? ¿Mi nombre?
Mi nombre…
Realmente no tiene relevancia. Si te lo dijera lo estarías olvidando pasadas unas horas y en unos días ni siquiera sabrías con que letra empezaba o como sonaba.
Así que, no es relevante. No podría decirlo incluso si me mataras.
Pero te diré que, me han llamado de muchas otras formas, quizá a ti también te sirva alguna de ellas, por ejemplo: Asqueroso. Imbécil. Estúpido. Hijo de puta. Maldito enfermo. Idiota. Psicópata. Monstruo. Loco. Demente. Sucio.
Cualquiera de estos nombres podría serte útil, elige el que más te guste pues al final lo terminaras empleando conmigo tarde o temprano, además que, es más sencillo que darte un nombre, ¿no? Estos jamás escaparán de tu cabeza aun cuando lo desees. Son nombres que se quedarán contigo en las noches largas o cuando pienses en algo malo en algo podrido, entonces, puedes llamarme así.
De cualquier manera, si aún con ellos deseas que de verdad te dé un nombre por el cual llamarme, te aconsejaría que lo dejaras por la paz, no te lo diré de ninguna manera. Ya te lo he dicho, incluso si llegaras a matarme, no te diría mi nombre, ese es el único secreto que tengo conmigo, lo único que me pertenece ahora y necesito que siga siendo de esa manera.
Si aun así y con todo lo que te he dicho hasta ahora aun sientes curiosidad por el maldito nombre, entonces, te diré que puedes llamarme “K”. Es sencillo. Fácil de recordar para todos y creo que nos sentiremos más cómodos con una letra que podría significar muchas cosas.
En fin, ahí lo tienes, “K”, será mi nombre durante el tiempo que me tome contarte la historia que traigo entre manos.
¡Genial, soy K, es un placer conocerte! No te preocupes, no me interesa saber tu nombre, si deseas decirlo simplemente te ignoraré. Los nombres en ocasiones son importantes, debes mantenerlos contigo más que cualquier otra cosa.
¡Ah! ¿Por qué voy a contarte una historia? Bueno, es simple, necesito evidencia de todo lo que sucedió y de que fue real. Que yo sigo siendo real. Y que mi locura no es solo una simple estupidez. No…
Probablemente creas que es una tontería, pero, está bien, sinceramente no me importa mucho lo que pienses o tengas que decir al respecto.
¿Cómo me veo? Ja, ja, ja, eres bastante gracioso. Pero, ¿por qué debería decírtelo? En algún momento dentro de la historia lo sabrás y lo tendrás claro, ¿no? Mmm… ¿no estás convencido? Digamos que, no luzco mal, si lo hiciera no tendría sentido lo que hago y con quien lo hago. ¿No crees?
Mmm… ¿Sigo sin convencerte? Bien, eres bastante persistente y algo arrogante, me agradas.
Hasta este momento intento creer que has deducido que soy un hombre, ¿joven, mediana edad, mayor? No sé cómo podríamos catalogarlo, pero justamente al día de hoy tengo 26 años. ¿Te sorprendió que por fin te diera una respuesta concreta? Sí… a mí también, es extraño.
Te diré que no tengo rasgos realmente característicos; ojos azules, cabello negro. Ordinario si me lo preguntas. Entonces, ¿he apaciguado tu duda al respecto a mi apariencia? ¿No? Bien, tampoco me importa en realidad, solo estoy tratando de que esta estúpida carta sea un poco más larga antes de empezar.
¿Cómo es mi actitud? Veamos... Mmm… no vas a creerlo, pero soy alguien bastante reservado y callado. Al igual que tú, querido amigo, me impresiono a mí mismo cada vez que esas palabras salen de mi boca. Como sea, soy alguien muy tímido, aunque no demasiado pues sino no tendría sentido estar aquí para contarte todo esto.
Tocando ese tema, creo entonces que eres muy curioso en general, porque aún sigues aquí a pesar de todo lo que he dicho. No te culpo. También tengo curiosidad por cómo voy a contarte esta historia.
¿Cuándo empezaré la historia? Ja, ja, ja. Cuando yo quiera, simplemente debes ser paciente y quédate a mi lado no vas a arrepentirte, al menos, pasaremos un rato agradable, bueno, es lo que espero.
¿De qué va la historia?
Sobre mí.
Sobre cómo no voy a decir mi nombre.
Sobre el chico que conocí y cambio una parte de mí y como lo odio por eso.
Sobre mi estilo de vida.
Así que, quédate quieto y escucha.
Con amor “K”.
"K, estoy enamorado de ti"Fueron solo cinco palabras, cinco palabras que me dejaron frío, un poco nervioso. No pude contestar nada, solo presioné una vez más mi mano con la suya y lo miré.Sonreí a la nada mientras veía como Cameron manejaba rumbo al estacionamiento.Entre el edificio sintiéndome más cálido, un poco más ligero y feliz. Subí al ascensor directo al departamento, mientras cargaba mi mochila en el hombro. El pasillo estaba en silencio, podía escuchar el leve murmullo de una televisión encendida que venía de alguno de los departamentos contiguos, presioné el código de acceso a la casa de Cameron y la puerta se abrió con un suave clic. Aspiré el suave aroma a hojas de té y café que se mezclaban en el ambiente de la estancia, bajé la mochila del hombro y la dejé sobre el suelo, me quité los za
La mochila negra resbaló de mi hombro cuando entre a la habitación, la tomé del suelo y observé el lugar, una cama con sábanas blancas, un sofá y una mesa de centro, todo en colores bastante elegantes, no había mucho aparte de esos sencillos muebles, un par de cuadros adornando las paredes y un ramo de rosas rojas en un florero de cristal.La venda roja se deslizó suavemente entre mis dedos, la deje caer sobre las sábanas y observé la puerta que aún continuaba cerrada, el reloj marcaba las 21:08 horas., me senté sobre el borde de la cama y enterré el rostro entre mis manos, esperando que nada malo sucediera ahora o que no fuera tan estúpido como para arruinar esta noche.Le había contado la mayor parte de la historia a Cameron, pero aun cuando quisiera explicar lo que hacía aquí, era mejor que lo viera por él mismo.El reloj m
Cuando lo vi aquella noche de nuevo, después de tanto tiempo, mientras Adam me llevaba a casa, lo único que quería hacer era verlo sufrir tanto o más de lo que yo lo había hecho durante todo el tiempo en que estuvimos separados. No me importó mucho si ya había sufrido por mi ausencia también, simplemente quería saber que tanto estaba dispuesto a perdonarme, que tanto le afectaba verme con otro hombre y si realmente ahora podía confiar en que no volvería a dejarme tan pronto se diera cuenta cómo era yo.Sentí la necesidad de hacerlo miserable aun cuando eso me hiciera sentir mal a mí también.Ni siquiera puedo recordar cómo tomé una ducha y fui a la cama esa noche. Pero, mi mente se sentía clara ahora, aunque mi cuerpo aún se sentía agotado y débil.Nada ha cambiado realmente, sigo siendo yo y Cameron sigue
Escuché los pasos detrás de mí, una sensación de pánico inundó mi mente ya nublada por el alcohol que había consumido, caminé un poco más rápido para poder llegar a la parada del autobús, sin embargo, mis piernas ya temblaban demasiado y la carretera parecía alargarse más y más frente a mí.La imagen de Adam apareció en mi mente, traté de mantenerme en una pieza y no llorar o correr, aunque realmente quería hacerlo.Quizá simplemente era el miedo que solía tenerle a la oscuridad después de todo lo que pasó hace algunos meses, tal vez estaba siendo demasiado paranoico y era alguien más caminando tranquilamente en la misma dirección que yo, sin ninguna otra intención. Podría ser.Luego de algunos minutos llegue a un área más concurrida, la sensación de
Miré el puente brillando, me quite las lágrimas que aún caían por mis mejillas y observé el lugar donde Cameron había desaparecido, el olor a menta de su ropa aún estaba en mí, era tan estúpido.❁La madera de la puerta se sintió fría bajo la palma de mi mamá. Respire profundo y traté de calmarme un poco, había corrido todo el camino solo para poder hablar de nuevo con él, ¿una estupidez? Tal vez lo era, pero solo tenía dos opciones, la primera era dejarlo ir después de todo el tiempo que habíamos pasado juntos y la segunda arrástrame y decir la verdad por primera vez en mi vida.Toqué con fuerza la puerta esperando que abriera y me abrazara, sin embargo, no lo hizo, solo me dejo ahí, esperando por él, por algo más.Las horas pasaron y él no salió, vi el
—Vete, no quiero verte más — la vi darme la espalda y cubrirse hasta la barbilla con las sábanas blancas del hospital, intenté acercarme, pero la mano de Cameron se cerró en mi brazo y me atrajo hasta él de nuevo, besó mi cabello.—Vamos, vendremos después. Dejemos que descanse — susurró en mi oído, mi cuerpo temblaba, tenía demasiado frío.—No quiero volver a verlos.—Mamá…—No me llames así, es culpa tuya que ahora tu padre esté en la cárcel. Eres un estúpido.—Señora Jo…—No me hables. Llévate a ese idiota de una vez por todas.—Su hijo no hizo nada, fui yo quien llamó a la policía.—No me interesa. Solo lárguense.—Mamá, yo&hell
Último capítulo