«No»
«No»
Sebastián aún podía escuchar la respuesta de Oliver, el muchacho se había alejado de él y esperaba una respuesta de su parte. Pero él se había quedado más que sorprendido y con el orgullo herido ante su respuesta, que el silencio llevó a Oliver a abandonar la oficina, dejándolo con una dolorosa erección.
Sebastián se vio en la penosa y humillante situación de salir al baño y darse placer pensando en la boca caliente de Oliver sobre su polla y solo se sintió mucho peor luego de correrse.
Oliver, por su parte, se negó a volver a la oficina de Sebastián durante el resto del día, había incluso ignorado las preguntas de Lucero y corrió al baño un par de veces para saciarse así mismo. El caso es que su cordura estaba rayando la locura. ¿Realmente le había pedido