Capítulo once. ¡No puedes ser tan promiscuo!

Oliver se quedó estático ante la reacción de Sebastián, él ni siquiera había procesado la pregunta que Caleb había hecho, y….

—¿Qué pasa Cooper? —preguntó Caleb limpiándose la boca y el pequeño hilo de sangre de su labio roto.

—Eso es exactamente lo que quiero saber, Belmont, ¿Qué mierda es lo que te pasa? —rebatió el hombre mientras luchaba por serenarse.

Sebastián no había razonado, pero la sangre le hirvió en las venas al escuchar la clara insinuación de Caleb en la voz y lo siguiente que supo es que había cruzado el rostro del hombre de un buen derechazo.

—Solo le hice una pregunta a Oliver, tan simple, tan sencilla ¿Cuál es tu problema, Cooper? —volvió a preguntar acercándose a él peligrosamente.

Caleb no era un hombre sencillo d

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