Abro los ojos y siento que estoy atado. Estoy en completa oscuridad. La cabeza me duele terriblemente. Mis ojos de a poco se acostumbran a la oscuridad. Veo una silueta tirada en el piso a mi lado, me acerco cómo puedo, tengo mis manos y pies amarrados. Pero puedo darme cuenta de que es una mujer.
Trato de recordar lo que pasó y el motivo de por qué estoy aquí, pero mi mente se siente entumecida. Tengo una gran confusión, como si hiciera mucho tiempo que estoy aquí en esta situación. El sonido del agua a lo lejos me llega. La silueta comienza a moverse.—Gerónimo, ¿estás ahí? —escuché que preguntaban. Es la voz es de una mujer que no me dice nada. No recuerdo haberla oído nunca. Pero al parecer ella me conoce. ¿Será una de las tantas locas con que me acuesto?—¿Quién eres? —pregunto.—&i