526. CONTINUACIÓN
Ese "no puedo" suena más profundo y desgarrador. Me percato de que el mundo entero de Gerónimo depende de esa puerta cerrada. Me quedo mirándolo, con el cabello desordenado, las ojeras marcadas y la misma ropa que trajera días atrás. Su fortaleza parece estar evaporándose poco a poco, y eso, para mí, es más preocupante que la situación actual.
—Te entiendo, me quedaré a hacerte compañía —digo con firmeza, aunque sin dejar de lado el tono comprensivo—. Terrible todo lo que ha pasado. Menos mal que Gabriel andaba con esos aparatos; si no, hubiéramos perdido a Coral también.
—¿Qué quiere decir? ¿Aparte de los hombres de mi suegro y Coral, a quién más perdimos? —pregunta, mirándome por primera vez.
Me mira por un instante, y ese brillo oscuro que mencionara Casio aparece en sus ojos. Su mandí