La exclamación hace que todos giren a ver a mi madre. Pero mi mente solo está imbuida en las palabras de Luigi, que han hecho que mi corazón se acelere. Voy a verla. Por un instante, mi mente deja de lado todo el caos que nos envuelve y solo puedo aferrarme a esa ilusión; esa necesidad urgente de estar a su lado, de verla, de sentir que todo aquello que hemos sufrido no es en vano.
—Se llama Lena, y no me la elogies mucho —escucho que papá aclara el nombre, tomando a mi madre por los hombros y alejándola de mi tío, que ríe al verlo.—Me alegra que regresaras con nosotros, Lena. Sigues siendo tan bella como siempre —la elogia mi tío, y veo cómo mamá se sonroja—. Y aunque Geovanni se ponga celoso, seguirás siendo mi mejor amiga.Y se la quita de los brazos a papá, dándole un fuerte abrazo y un beso en cada mejilla, ante el desconcierto de mi ma