Coral y yo nos separamos rápidamente al ver, sonriente, a Vicencio junto a otros hombres de los Garibaldi.
—¿Se te ofrece algo, Vicencio? —pregunto.—Carlos mandó por Coral; todos se dieron cuenta de que los de la Orden estaban tratando de cogerla —contestó sin dejar de mirarlos—. Ordenó que te lleváramos a donde están ellos. Tu papá también te está buscando, Maximiliano.—Está bien, vamos —dice Coral, intentado escapar de mi mano. Al verlo, la sigo sonriendo. Vicencio me mira y hace un gesto de aprobación.Están todos en una sala de espera, cerca de la habitación donde se encuentra Gerónimo. Carlos y los hermanos de Coral, al verla, se adelantan y la rodean. Yo me separo para ir donde está papá, aunque me quedo un rato escuchando lo que le dicen. Me escondo detrás de una columna porque Coral, de v