219. TRAS CORAL
Él la miró fijamente, con los ojos oscuros y feroces, como si estuviera a punto de batallar contra sus propios demonios. No sabía cómo responder a esa pregunta sin traicionar lo que sentía.
—Coral me da paz —dijo finalmente, con voz baja, casi apagada—. Algo que tú y yo nunca pudimos tener. Yo no te veo en ella; puede ser que en el físico se parezca a ti, pero su carácter y forma de ser son completamente contrarios a los tuyos. Ella es única.
Un incómodo silencio se instaló entre ambos. Fiorella se acercó a él ligeramente al escuchar esas palabras, entendiendo por fin una verdad que quizás había estado ignorando.
—Sí lo es —afirmó con una sonrisa—. Aunque bajo esa capa fría y dura que enseña a todos, esconde una niña temerosa y llena de miedos. Por favor, Maxi, si crees que no la vas a ama