T2 - Capítulo 15 - Hola Hija...
La madrugada llegó sin aviso.
No hubo sueño profundo ni descanso previo, solo ese estado frágil en el que el cuerpo parece flotar entre el cansancio y la vigilia. Emma estaba despierta, mirando el techo, contando las respiraciones para mantener a raya la ansiedad, cuando el dolor apareció.
No fue inmediato.
No fue explosivo.
Fue una presión baja, densa, como una mano cerrándose lentamente desde dentro.
Emma llevó la palma a su vientre por reflejo.
—No… —susurró, más como ruego que como palabra.
Intentó incorporarse despacio, convencerse de que era solo una molestia más, una de esas que el médico había advertido. Se sentó en el borde de la cama, respiró hondo… y entonces el dolor regresó, más fuerte, más definido.
Esta vez no hubo dudas.
Un espasmo la dobló hacia adelante. Emma apretó los dientes para no gritar. El corazón comenzó a latirle con violencia, como si su cuerpo supiera algo que su mente aún se resistía a aceptar.
—Es muy pronto… —murmuró, con la voz quebrándose.
Se puso de