Mundo ficciónIniciar sesiónAlejandro Blackwood no había dormido.
No podía.
Después de que Valeria Salvatierra dejara el castillo con su carpeta llena de verdades y amenazas, él bajó al despacho y no volvió a salir.
Los papeles estaban regados por la mesa, los documentos viejos, los registros familiares, y sobre todo…
Ese nombre.
Ese nombre que llevaba años enterrado en su memoria.
Sebastián Blackwood.
Su padre.
Emma bajó en silencio y lo encontró sentado frente a la chimenea apagada, con la mirada perdida en un punto indefinido.







