Mundo ficciónIniciar sesiónEmma no había dormido.
No podía.Toda la noche había estado mirando la ventana del cuarto de huéspedes donde Sofía descansaba, temiendo que en cualquier momento alguien apareciera.La imagen del dibujo seguía clavada en su mente:
la mansión de tres ventanas, la máscara negra, el símbolo de La Trinidad.Y ahora sabían la verdad.
Sabían que el líder original —el hombre que había dado la orden para seleccionar niños vulnerables, el responsable del orfanato y del infierno que ella vivió—era Sebastián Blackwood.El padre de Alejandro.
Emma quería vomitar solo de pensarlo.
Pero más que miedo, tenía una certeza clavada en el pecho:
Sofía estaba en peligro.
Y mientras se quedara en el castillo, Alejandro también lo estaría.A las seis de la ma&ntild







