Mundo de ficçãoIniciar sessãoLas pantallas de la ciudad amanecieron cubiertas con el mismo titular:
“Corrupción y lavado: el imperio Blackwood bajo investigación.”
El rostro de Alejandro aparecía en cada noticiero, en cada red social, acompañado de cifras, fechas y nombres que él mismo nunca había escuchado.
Pero lo que más dolía no era el ruido mediático, sino las miradas: esas miradas que antes lo admiraban y ahora lo condenaban.
En Casa Esperanza, Emma Ríos sostenía el control remoto con los dedos helados.
El noticiero repetía una y otra vez la misma grabación: funcionarios saliendo de oficinas con cajas, sellos rojos en los porto







