Miguel Antonio Timoteo Torres de Aguila siempre ha tenido una gran relación con su vecino y amigo Román Aguilera desde que era solo un niño. Cuando este fallece lo nombró su único y legítimo heredero, mientras que Miguel cumpla su ultima voluntad . Estar presente durante su funeral en su tierra de nacimiento. Algo bastante sencillo para él, poco sospecha Miguel que este viaje le cambiara su vida. Valentino, siempre ha sabido quien es su pareja destinada desde el momento que llego ha este mundo, con su primer suspiro su segundo corazón, su corazón de dragón comenzó a latir. Al ser el comandate de la Guardia del Rey Dragón, sabe que nunca podra reclamar aquel que le pertenece. Ahora debe proteger a Miguel y Valentino sabe que tiene una lucha por delante. Mantener a su pareja destinada con vida hasta que pueda reclamar su trono y gobernar el Clan de los Aguilera.
Leer más— Buenas tardes, ¿Estoy hablando con el señor Torres de Aguila? —Preguntó una voz en el teléfono
Miguel parpadeó, hacia solo dos horas que habia llegado de su trabajo nocturno y estaba hecho polvo, habia ido directo a su cama sin cambiarse la ropa, solo queria caer en la superficie plana y dormir doce horas seguidad. Su cerebro aun no estaba del todo despierto cuando volvio a escuchar la voz repitiendo la misma pregunta. ¿Cuándo fue la última vez que lo escuchó de esa manera? Ya ni se acordaba, tal vez en el funeral de su padre. Aún sin estar del todo despierto constanto —¿Sí? —Me llamo Dimitri Vitali y soy el abogado a cargo de representar todos los asuntos legales del señor Aguilera aquí, pertenezco a Vitali y Asociados, somos un bufete de abogados en Man... —Ya sé quienes son— dijo ya del todo despierto, su mente se puso alerta. No podía pensar en nadie en la isla de Manhattan que no hubiera oído hablar del prestigioso y misterioso bufete de abogados. Representaban a algunos de los clientes más grandes del país y existen rumores de que tambien tenían clientes muy poderosos y con mala reputación al rededor del mundo. Siempre que estuviera involucrados algo gordo se estaba moviendo en las altas esferas políticas o económicas. Simplemente no entendía por qué iban a llamarlo y mucho menos como Roman podia contratar los servicios de ellos. Roman y el no vivían en la peor parte de la ciudad pero tampoco era la mejor. La cuantiosa suma que debían de depositar para ser atendidos por algunos de los miembros de ese bufete podía bien bien pagar un año entero de su alquiler—¿Cómo puedo ayudarlo, señor Vitali? —Tengo algo que necesito discutir con usted, algo de una naturaleza delicada, ¿sería posible reunirnos? —No puede decirme de qué se trata por teléfono- Miguel no estaba seguro, esta llamada era sospechosa , no entendia el por que pero primero tenia que asegura la autenticidad de todo este asunto, el siempre se había guiado por su instinto y está vez algo en el le puso en alerta. —Es un asunto muy privado que preferiría discutir con usted en persona,nuestro bufete se caracteriza en cumplir las indicaciones dejadas por nuestros cliente y el señor Aguilera dejó orientado ciertas indicaciones que necesitan de su presencia —El tono del hombre le dijo que no cedería en eso—. ¿ Le vuelvo a repetir la pregunta, sería posible reunirnos? Si no se siente a gusto en venir solo puede acompañarlo cualquier persona allegada a usted... Miguel suspiro no le gustó el tono cortante, pero la curiosidad le estaba picando, Roman siempre ha sabido que ese era uno de sus puntos debiles, junto con el chocolate y las novelas de romance. Su madre nunca le habia gustado esa afición por lo que escondía su colección en una de las habitaciones del apartamento de Roman, con los años su coleccion fue creciendo y en ocaciones Román también le había traído alguna novela de sus viajes, era una broma entre ellos. Le decia que habia mandado a alguien de confianza a escoger lo que había seleccionado y que tal vez debería conocerlo. —Supongo.- respondió aún en tono algo dudoso —Excelente —respondió el hombre con una voz dulce—. ¿Le parece bien las 3 de la tarde? Miguel miró el reloj de la pared. Eran casi medio dia. Hoy no le tocaba trabajar pero le habia dicho a Ross que haria su turno esta noche, su niña estaba de cumpleaños y el pobre era padre soltero desde hacia dos años, su esposa se habia cansado de la vida doméstica y solo se habia ido de casa para no volver, con otro hombre diciéndole que se iba a las Vegas. Así que no tenía que comenzará su turno de trabajo hasta las nueve de la noche, tenía tiempo suficiente para ir y regresar. Cambiarse de ropa y dirigirse al trabajo. — ¿Dónde quieres efectuar la reunión? —Estaría más que feliz de encontrarle donde quiera - Miguel sintió como el hombre del otro lado de la línea dudaba un segundo como si temiera que rechazará sus próximas palabras - pero como le dije anteriormente sería mejor reunirnos en las oficinas o en su apartamento si se sinte mas a gusto, esa es la mayor consecion que podemos hacer considerando lo delicado de la situación que debemos discutir con usted. Otro lugar resultaría inconveniente. Miguel hizo una mueca al mirar el desordenado estado de su apartamento, este no era muy grande que digamos, no se encontraba en el mejor de los barrios pero era su hogar o por lo menos el lugar donde vivia sin tener que escuchar a su madre, asi años que habia dejado de intentar agradarle. Ella habia cambiado un monton despues de la muerte de su papa y luego de saber que el gay, habia puesto el grito en el cielo. Miguel miro al rededor de su pequeño apartamento. Ese día se habia mudado del apartamento que hasta el momento habia sido su hogar, se habia quedado en casa de una amiga de la escuela hasta que logro encontar un trabajo de medio tiempo, luego de que Roman se entero de lo que habia pasado le habia realizado un giro para que se alquilara y se dedicara a sus estudios. El siempre le había dado mucha importancia a la educación y en cuanto a la suya. Le habia dicho que luego le pagara —Uh... El abogado pudo sentir su vacilacion asi que le dijo, con un tono negociador. —Pero si no le importa realizar un viaje. Podemos encontrarnos en mi oficina en Manhattan, creo si eso sería más conveniente para todos —dijo Vitali—. No se preocupe por su transporte , nosotros podemos enviarle un coche y luego de concluir la reunion el chofer le llevara a donde usted quiera. —¿De verdad? —Miguel estaba asombrado. El servicio de coches en la ciudad no era barato. Ese servicio no seria barato considerando que su apartamento estaba en Brooklyn y el trayecto hasta Manhattan costaría más que la cuota mensual de el en la universidad nocturna a la que solía asistir, pero seguro que era mejor el autobús el cual no le apetecia nada tomar. Desde hacia dias se sentia mal, su nariz le estaba jugando una mala pasada haciendo que muchos olores fueran mas intensos de lo normal —. Quiero decir, sí, supongo que estaría bien. —Gracias, entonces le veré a la hora acordada. —Bien. — Miguel colgó el teléfono y luego se sentó allí y lo miró fijamente. No podía imaginar una sola razón por la que Roman contactaría a un elegante bufete de abogados, eso debio de costarle un monton de dinero . Suspiró mientras se levantaba para ir a buscar su único traje. Si iba a reunirse con uno de los mejores abogados de la ciudad, se negaba a hacerlo vestido con una camiseta y pantalones vaqueros rasgados. Si algo tenia que agradecerle a su madre era que le había enseñado a vestirse para las ocaciones, aunque para ser sincero mas de la mitad de ese conocimiento no creia que lo pudiera utilizar. A pesar de los problemas que habian teniado aun la extrañaba, ella habia fallecido hacia dos años, nunca habia arreglado sus diferencias y ella no habia aceptado quien era y lo que era. Eso no le impedia extrañarla, claro a su manera.Diez años despues: Miguel mantuvo a Valentino en su regazo dentro de su sala de estar. Miguel acarició su cuello, colocando pequeños besos a lo largo de su garganta. Sonrió mientras contemplaban el fuego, viendo bailar las llamas, pasó la mano por el vientre extendido de su compañero. A lo largo del segundo embarazo Miguel se habia asegurado de que Valentino estuviera traquilo. Con la ayda de Will, no habia permitido que Valentino conociera los resultados de la competencia de vuelo. Su primogenita habia sido toda una sorpresa, el clan Aguilar siempre habia tenido niños y el hecho de que naciera una Niña habia llenado de alegria al todos pero tambien habia preocupado a su compañero. Ahora su pequeña habia comezado oficialmente la escuela de cadetes, destacando un monton por ser temeraria. Haciendo que Miguel se preocupara en más de una ocasión y temiera la llegada de la edad adecuada para salir del clan e ir al mundo exterior. Por suerte el tercer hijo de Will solo le llevaba uno
Miguel se encontraba algo divertido, no entendia el asombro de esta gente pero no era el momento tampoco de buscar respuesta, tenia un trabajo que hacer y era despedir a Roman. Entonces se acordo... el encargo que Roman del habia dejado...Lux se sintió divertido no comprendia como su parte Humana podia llegar a ser tan tonta. Entonces vio como Valentino se acercaba a donde estaba el, llevaba una pequeña caja que Miguel reconocio al instante en ella estaba la carta y el medallon. Su dragon se quedo traquilo viendo caminara a su pareja hacia la pira, colocando sobre los restos de Roman la pequeña caja. Hizo una inclinacion de despedida y camino de regreso hacia suposicion. Entonces fue el turno de Miguel dio un paso hacia la pira. Caminar a cuatro patas era extraño. Olfateó el cuerpo en la pira. Miguel fue sacudido por la tristeza que lo llenó antes de que el dragón soltara una bola de fuego que iluminara todo a su alrededor.Cuando retrocedió, el fuego había quemado tan caliente
Miguel se mantuvo ensilencio mientras caminaban, Will estaa al telefono, sabia que Desmon o el Propio Valentino estaban del otro lado. Cuando colgo, le informo. —Señor. el Rey Roman ya estará en la pira funeraria cuando lleguemos. Una vez que usted da el comando, el Capitan de la Guardia del Dragon encenderá la pira. Se observa en silencio hasta que la pira se quema hasta la ceniza. —¿Qué pasa con las cenizas? —Las cenizas se colocan en una mochila especialmente hecha. El capitan volará al cielo y los dispersará por el valle. Luego regresara a la plaza y realizara el nuevo juramento ante el proximo Rey La mandíbula de Miguel cayó. —Eso es lo que quería decir Valentino... —¿Señor? —Me dijo cuando estabamos de camino hacia aqui que la tierra le daría la bienvenida a Roman, su rico suelo le daría una paz que no podría haber encontrado en ningún otro lugar. —Oh. — asintió—. Sí, señor. Eso es correcto, esa es una de nuestras tradiciones mas importantes, de esa manera los dr
Miguel se miro ante el gran espejo tiró del cuello del traje. Ahora la odiaba tanto como lo hacía cuando estaban haciendo la maldita cosa. El traje le hacia parecer mas imponente, suspiro —¿Hey, Will? El hombre apareció en su línea de visión en el reflejo del espejo. Vestia un traje algo parecido al suyo lo que notan suntuoso de color tierra oscurro. —¿Sí, señor? — Antes mencionastes que la palabra del Rey es ley y que con solo yo decirlo puedo hacer o cambiar leyes,¿No? —Sí, señor, eso es. — Entonces quiero hacer una nueva ley, demonios... —Por supuesto, señor. Miguel vio la cara imperturbable —Fantástico. Will frunció el ceño. —¿Señor? Miguel sonrió mientras se volvía. —Tan pronto como yo sea rey, voy a prohibir estos cuellos de tortugas, que solo sirven para turturar Will rió entre dientes. Miguel le alzo una ceja, habia visto en mas de una ocasion que el tambien se habia ajustado el cuello. —Muy bien, señor. —¿Está preparado Valentino? —Sí, señor
Miguel seguía preocupado de que alguien intentara matar a su compañero para llegar hasta él, aunque ellos habia tenido precausion y n habia anunciado oficialmente su relacion ya habian algunos rumores ya habian. Si había comido algo destinado amatarlo a el o ... bueno en fin, Miguel no queria pensar en las posibilidades que se estaba arremolinando en su mente, pero de algo si estaba seguro es de que rodarian cabezas si algo le habiaocurrido a Valentino siuno solo de sus cabellos estaba fuera de lugar no podria ni queria contener a su dragon de destrosar todo.Se sentía como si tardara una eternidad en llegar a sus habitaciones. Miguel notó distraídamente que no estaba sin aliento, y tuvo que preguntarse por eso. ¿Era debido a sus habilidades recién despertadas de dragón? En cualquiera de los casos ese no era el momento de ponerse a nalizar las mejoras fisicas que estaba sintiendo.—¡VALENTINO! —Gritó mientras corría a la habitación, Ivan y Mino siguiéndole. Cuando no vio a Valentino
Miguel tiró del cuello apretado alrededor de su garganta, el traje que estaba usando en ese momento no era incomodo como habia anticipado la noche anterior, ahora sabia de que se habia reido Valentino. El traje se ajustaba a su cuerpo y a pesar de que llevaba varias capaz de ropa no se sentía ni pesado, ni le daba calor solo le molestaba el condenado cuello de tortuga. El Traje era negro en su totalidad solo tenía una distinción de un bordado en las mangas, cuello y en donde se abotonaba, sospechaba que el hilo que se utilizó para el bordado era de oro al igual que los botones del traje. Era agradable, pero él preferiría más un par de pantalones vaqueros y una camisa. Incluso se conformaría con una camisa abotonada. Definitivamente los trajes de etiqueta estuvieran diseñado para que él estuviese cómodo y no limitarán sus movimientos fueran como fueran lo suyo no era llevar este tipo ni estilo de ropa. —¿Ya terminaste? —Preguntó al pobre sastre por enesima vez, para obtener la misma
Último capítulo