Mundo ficciónIniciar sesión—¿Nora, no puedes darle algo para la fiebre? —preguntó Nuriel, su voz estaba cargada de preocupación mientras apartaba con ternura un mechón húmedo del rostro de Aylen.
Había llegado hace unas pocas horas, y desde el momento en que puso un pie en este lugar, no se había separado de su lado ni por un instante. En cuanto vio su estado, no dudó en tomar el control. Ordenó que trasladáramos a Aylen a una habitación más cercana a la suya y prohibió terminantemente la entrada de cualquiera que no fuéramos nosotros dos.Ni criadas, ni guardias, ni siquiera Ezra.Solo ella y yo. Había sido exagerado, sí. Pero no tuve corazón para discutirlo. Nuriel estaba al borde del colapso emocional, y era evidente que el miedo por perder a Aylen la consumía.Necesitaba sentir que tenía el control de algo, aunque fuera solo de la puerta de esa habitación.






