Mundo de ficçãoIniciar sessãoA medida que nos acercábamos al grupo, todas las miradas se volcaron hacia Nuriel, y uno tras otro, los presentes inclinaron la cabeza en una reverencia impecable. Cada gesto parecía coreografiado, como si estuvieran entrenados para mostrarle deferencia al menor movimiento de su hermana.
—Hermana, me alegra mucho poder saludarte de cerca —dijo una mujer de cabello oscuro y ojos castaños, su voz era melodiosa pero con un matiz firme que denotaba autoridad—. Quise acercarme antes, pero no te vi en ninguna parte. La corona sobre su cabeza no dejaba lugar a dudas: no era una cortesana más. Era la princesa imperial, y su porte reflejaba una educación impecable. A primera vista, había algo en su rostro que transmitía dulzura y simpatía, pero su mirada, intensa y estudiada, me hizo sentir un ligero escalofrío. Algo en ella no era del todo transparente. —Estaba un poco ocupada antes —respondió Nurie






