—Y como si eso no fuera suficiente… —continuó con desprecio—. Nora también se fijó en ti. ¿Sabes cuánto me costó deshacerme de quienes se interponían en mi camino? Pero no… él se aseguró de protegerte. Gracias a él no pude deshacerme de ti cuando debí hacerlo. Incluso apartó a tu estúpido padre de su puesto solo para ponerte las cosas fáciles. Todo por ti.
Mis ojos se abrieron de par en par. Sentí que el aire se volvía más denso.
—¿Qué dijiste? —susurré, sintiendo que el suelo se tambaleaba bajo mis pies.
—Oh… —su sonrisa se ensanchó con un deleite cruel—. ¿No lo sabías? Fui yo quien sobornó a tu padre. Quien lo empujó hacia esa trampa. Pensé que, si él me ayudaba, tú caerías pronto. Pero Nora arruinó mis planes… siempre protegiéndote, como si fueras especial.
Mi corazón comenzó a golpearme el pecho. No podía ser.
Todo este tiempo… ¿había sido ella?
El veneno que mi padre me dio aquella vez… t