Mundo ficciónIniciar sesiónMis ojos se abrieron de golpe, como si una fuerza invisible los hubiera arrancado del sueño.
Una punzada aguda -afilada como un puñal al rojo vivo- atravesó mi cabeza y se alojó tras mis párpados, extendiéndose como una llama feroz que amenazaba con consumirlo todo desde dentro. El dolor era insoportable, un martilleo constante que reverberaba con cada latido de mi corazón, como si cada pulsación fuera un eco brutal golpeando sin piedad las paredes de mi cráneo. Tardé varios segundos en entender dónde estaba.Parpadeé, aturdida. Mi respiración se volvió errática, entrecortada, y por un momento solo fui consciente del sonido de mi jadeo rebotando contra las piedras.El frío del suelo, húmedo y rugoso, se aferraba a mi piel como una advertencia cruel.No pasó mucho para que la verdad se impusiera como un mazazo: seguía allí. En la celda. En ese rincón olvidado del mundo que había sido mi prisión durante... ya no sa






