Capítulo 20: Una Madre y Un Imperio de Bebés.
El teléfono en la mano de Noah era una extensión de su poder. Con solo unos toques, ya había enviado órdenes que se cumplían al instante: varias tiendas de ropa femenina y de bebé, de las más lujosas de Boston, se cerraban exclusivamente para Amelia.
Esta vez, los paparazzi no se saldrían con la suya. La seguridad se había reforzado hasta el extremo, y un ultimátum claro, respaldado por su reputación, había sido enviado a los medios de comunicación. Noah Koch era un hombre temido, y su palabra, una ley.
Sentados en el asiento trasero de su impecable auto, con Davis conduciendo con su habitual discreción, Noah miró a Amelia.
—Primero vamos a comprar varios atuendos para ti —dijo con autoridad, sin dejar espacio para la réplica—, y luego para el bebé.
Amelia lo miró con escepticismo, su mano instintivamente sobre su vientre.
—¿No es pronto para comprar para el bebé? Ni siquiera sabemos si es niño o niña, o si será un embarazo múltiple. ¡Ruego a Dios que no sea así!
Noah sonrió, una sonr