Capítulo 45: Una llamada inesperada.
Respiraciones agitadas y gemidos placenteros llenaban aquella habitación esa mañana, gris y zafiro mirándose fijamente, cabellos rubios esparcidos en medio de las sábanas, miradas seductoras y sensaciones a flor de piel, una intimidad mañanera después de un día y noche angustiosas, gemidos femeninos se fundían con los masculinos en aquel vaivén salvaje y necesitado.
Lorenzo la tomaba por las caderas enterrándose profundamente dentro de ella, sintiendo cada vibración en su cuerpo, Victoria sentía tocar el cielo en aquel nuevo orgasmo; hacían el amor como si nunca más volviesen a verse, y es que, secretamente, ella temía aquello, después de haber desaparecido y regresar con una mano herida la hermosa rubia tuvo mucho más miedo del que jamás había tenido en su vida; la idea de perderlo era en verdad…insoportable.
Posándose sobre él, ella continuaba aquel delicioso vaivén moviendo sus caderas, sintiendo la dureza de sus poderosos músculos con sus manos, admirando los tatuajes de su torso