ELARA
Sus labios se presionan contra los míos y grito. Un poder tan ardiente que quema mis labios y mi garganta, que se abre paso hasta mi corazón y mi alma. Es puro éxtasis y, al mismo tiempo, puro dolor mientras su magia me llena. Ella se aparta y seca mis lágrimas.
—Elegir es la parte más difícil. Decidir quién vive y quién muere es la peor tarea, y tú, niña mía, acabas de ser bendecida con ella —dice, soltándome.
Miro mis manos, que ahora emiten un leve resplandor. Cada fibra de mi ser vibra. Me siento viva, electrizada.
—¿Qué me hiciste?
—Te convertí en una loba lunar, una loba blanca, bendecida con el don de la sanación y la capacidad de proteger a quienes amas.
—¿Puedo curarlos? —pregunto, emocionada, corriendo hacia el lobo.
—Sí, pero todo tiene un precio, un sacrificio. Elige sabiamente, niña, pues algunos no merecen ser salvados, y pronto descubrirás que esta bendición está lejos de ser lo que imaginabas —advierte antes de desvanecerse en el aire. Su risa resuena, pero no me