Los ojos de aquel viejo se expandieron al ver cada foto que le era enviada por Martinez a su teléfono. Esto era mejor de lo que había pensado ¿Quien dirìa que ellas solitas aparecerìan ante él? “Era demasiada su suerte,” pensó para sí mismo, pero ya era momento de hacer su movida.
Martinez le había explicado que ambas venían sin escolta, lo que le pareció raro, tratándose de quienes eran y, al principio dudó y le pidió que las vigilara más de cerca. Pero con esa última foto de los tres supo que era el momento.
“Es momento de actuar, ya deja de hacer estupideces y ponte a trabajar en lo que te pedì”
Fue el mensaje que le envió a su hombre. Corto, preciso y conciso.
—Ya jugaste mucho, pequeña…
Dijo, acariciando la pantalla de su iPad y sonriendo como el gato que se comió la crema. Pronto la tendría con él y para siempre...
Ajenos a todo lo que se estaba tramando a su alrededor, el nuevo trío se debatía en decidir qué comerían para la cena.
Esos días habían disfrutado de cuánta activida