21. Lo que esta por venir
Al día siguiente, en la empresa…
Alexander llegó más temprano de lo habitual, impecablemente vestido, con el rostro serio y un aura más tensa de lo normal. Había dormido poco.
Caminó por el pasillo principal de las oficinas ejecutivas. Todos se cuadraban a su paso, saludándolo con respeto. Pero él apenas respondía con una leve inclinación de cabeza. Estaba distraído.
Al pasar frente a la oficina de ella, la vio sentada frente a su escritorio, revisando unos documentos. Lilia levantó la mirada al sentir su presencia. Sus ojos se cruzaron por una fracción de segundo.
—Buenos días, jefe —saludó ella, con una pequeña sonrisa profesional.
Alexander sintió que el estómago se le encogía. Su voz… su rostro... la imagen de la noche anterior volvió como un golpe certero.
—Buenos días —respondió él, seco, sin detenerse.
Siguió caminando rumbo a su oficina, pero al llegar a la puerta, dudó. Se detuvo. Miró hacia atrás, como si algo lo empujara a regresar y hablar con ella. Decirle… ¿qué? ¿Que no