Alguien lanzó una botella que estalló contra las rejas, peligrosamente cerca de Aelia. Otra figura empujó una valla. Un grupo de manifestantes encapuchados comenzó a gritar. No eran muchos, pero suficientes para sembrar el pánico. El protocolo se activó. Las vestales debían ser evacuadas. La Guardia, replegada para proteger la retirada.
Logan se movió al instante, guiando a Aelia y a dos de las vestales hacia el vehículo blindado. Pero Catalina y Chiara habían quedado rezagadas. La confusión las separó. Gritos, empujones, humo.
El estruendo de la botella rompiéndose contra las rejas apenas fue el inicio. Un grito agudo cortó el aire, seguido por una oleada de empujones y ruido metálico. Las vallas se tambalearon. Algunos manifestantes encapuchados comenzaron a avanzar, y en cuestión de segundos, la ceremonia diplomática se volvió un caos.
Logan sintió el cambio antes de verlo. Fue un presentimiento, una alerta interna que lo hizo girar la cabeza justo a tiempo para ver a Catalina sepa