Mi cuerpo empezó a temblar. Cada parte de mí se estaba desmoronando. Todo el esfuerzo, toda la estrategia... y aún así no había podido protegerlo.

—El plan fue un éxito. El ejército oscuro fue sellado y las barreras siguen intactas —informó el Rey Celegorm.

Yo no podía creer lo que estaba escuchando. Sentía que estaba fuera de mi cuerpo, observando todo desde lejos, sin poder hacer nada.

—¿Qué dijo...? —murmuré, sin poder asimilarlo.

—Tranquila, Andy. Recuperaremos a Gale —dijo Connor, intentando calmarme.

—Es una pena lo del Rey de los Dragones, pero eso sucede en las guerras —comentó Celegorm, con frialdad.

—Ya basta. Será mejor que se vaya ahora —replicó Liam, serio y firme.

Dejé de sentir mis piernas y me desplomé. Connor me sostuvo antes de que cayera; pudo sentir cómo mi cuerpo temblaba por completo. No podía aceptar que hubiese perdido a Gale. No podía entender por qué no estuve ahí, con él. Si tan solo me hubiera quedado en la torre como se había planeado, podría haberlo ayudad