39

Maximilian se despertó esa mañana y se quedó sentado en la cama, pensativo. Después de haber disfrutado de un descanso placentero tras tanto tiempo, se enfrentaba de nuevo a una realidad cruda: no podía mover las piernas, lo que le imposibilitaba caminar. Se veía obligado a permanecer allí, en esa cama, hasta que Laura llegara para ayudarlo a levantarse.

—Señor Schneider, la enfermera que se encargará de atenderlo me ha informado que ha tenido un retraso y llegará en media hora. Lo siento mucho —anunció Laura, con un tono de preocupación.

—Lo que faltaba —bufó Maximilian, frustrado.

—Lo siento, señor. Si desea, puedo ayudarlo...

—No, no te preocupes. Yo lo haré —respondió él, decidido a no mostrar debilidad.

Laura asintió, aunque su preocupación creció al ver que Maximilian no podía hacerse las cosas solo. Permaneció cerca, lista para intervenir si cambiaba de opinión. Finalmente, tras varios intentos, Maximilian decidió pedirle ayuda a Laura para cambiarse de ropa. Cada pequeño movim
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP