—No puedo imaginarme un jodido día sin ti, principessa. Sin ustedes —murmuró con voz ronca.
Alessia ni siquiera se movió del pecho de su padre sumergida en un sueño profundo pero Polina después de dejar un beso en la mejilla redonda y sonrojada de su hija se ciñó más a Marco.
—Yo tampoco. Cuando me rechazaste la primera vez me dolió mucho.
Los ojos ámbar de Marco se encontraron con los de ella mientras seguía acariciando el cabello de su hija.
Su otro brazo rodeaba la cintura de Polina.
—Traté de no volverme loco en ese momento cuando vi que eras tú, los sentimientos que tuve se contradecían entre sí, era… una locura. Porque te quería desde hacía mucho.
Ella arqueó una ceja y se movió apoyando su barbilla sobre su pecho.
—¿Desde cuándo?
Marco ladeó una sonrisa.
Dio una mirada rápida a su hija que aún estaba profundamente dormida, se parecía tanto a Polina que le dolía el pecho.
—Ni siquiera creo que lo recuerdes.
—De acuerdo, ahora estoy más interesada. Cuéntame.
Marco suspiró y comenz