84. No llores
Dimitry condujo a Satarah de la mano por el restaurante donde la había llevado.
Era la primera vez que él lo hacía.
Como si quisiera mostrarle a los demás que ella era su esposa y el sentimiento respecto a esto era agridulce.
Sentía un nudo en su vientre bajo la mirada instigadora de las personas que los rodeaban.
—Tranquila —susurró su esposo en su oído enviando una descarga eléctrica por todo su cuerpo.
Sus pezones se pusieron en punta solamente con su cercanía.
Su pecho contra su espalda.
Incluso se sentía nerviosa recordando lo que había sucedido con ellos en el ascensor.
Todavía sus piernas estaban temblorosas y no podía pensar bien lo que estaba pasando pero se sentía ansiosa de alguna manera.
Dimitry corrió una silla de manera caballerosa para que ella se sentara y Satarah lo hizo tímidamente.
¿Había entrado a la dimensión de lo desconocido?
Los meseros no tardaron en traerle la carta a ambos y le pidió a Dimitry qué pidiera por ella.
—¿Por qué me trajiste aquí? —Preguntó una ve