80. Tradición familiar
Dimitry se pasó la mano por la cara irritado consigo mismo a la mañana siguiente.
Recordaba cada vez que había hecho suya a Satarah porque eran los mejores recuerdos que poseía. Pero, también serían una tortura el momento en el que ella lo dejara.
No se había podido contener por más que quisiera hacerlo porque siempre se le había sido difícil no acercarse a Satarah. Peor aún ahora que tenía la oportunidad de tocarla y de saber que le gustaba su toque.
Ella lo había esperado esos meses. Lo deseaba y eso solo hacía las cosas más difíciles.
Satarah seguía repitiendo que quedaba poco para separarse de él, para dejarlo. Sin saber lo que provocaban sus palabras en su pecho.
No quería dejarla ir y esa era la verdad. Pero ¿Cómo iba a ser tan egoísta de amarrarla a él cuando estaba empeñada en alejarse de ese mundo en el que ambos habían crecido? Y que la había hecho sufrir tanto.
Él estaba destinado a ser el Pakhan de la Bratva después de su padre y ella detestaba la vida en la mafia. Una v