44. Amore mio
Marco comenzó a conducir, mirando de vez en cuando a Polina, y no solo su rostro, sino también sus piernas donde descansaba el pequeño vestido rosa guardado en una delicada bolsa.
Polina enseguida se dio cuenta de esto, ella había visto las emociones golpeando profundo al ver que ella pensaba que su hija era una niña, definitivamente él no se lo había esperado.
—Cuando desperté y me di cuenta de que Aleksandr me había secuestrado pensé en este vestido, yo no… quería romper la promesa, cuando me enteré que estaba embarazada tenía miedo de ser madre, pero en el momento en que vi ese vestido de repente caí en cuenta que, iba a tener a alguien pequeñito dependiendo de mí, que debía cuidarlo y por eso hice todo para escapar de Aleksandr, aunque sabía que tú ibas a ir por mí.
Marco detuvo el auto.
Ella tragó saliva.
Había estado mirando por la ventana para que él no viera lo susceptible que estaba de repente.
—Mírame, amore mio.
Polly gimió abriendo sus ojos y lo obedeció no porque él se lo