45. Brutal
Polina se despertó soltando un gemido suave antes de estirarse.
La pierna solo dolía un poco pero era soportable.
No vio a Marco por ninguna parte, así que decidió levantarse e ir a la cocina, por lo menos allí no estaré aburrida y sola.
Lo extraño fue que ninguno de los hombres de Marco estaban cerca.
—¿Otra vez merodeando por aquí cuando deberías estar durmiendo? —preguntó la voz de Damiano detrás de ella, haciéndola sobresaltar.
Polina se giró para mirarlo y le sonrío divertida.
—¿Ahora tengo niñera? Solo quería un vaso de agua —Añadió mostrando el vaso que sostenía la mano.
—Casi, pero no soy yo. Marco te puso una enfermera, debería estar apunto de llegar, así que ve a tu habitación y lo que sea que quieras se lo pides a ella.
—¿Enfermera? Exagera demasiado, estoy bien Fedorov se lo dijo.
Damiano la miró divertido encogiéndose de hombros.
—Marco solo cuida de esa manera a los que ama, considérate afortunada.
—Lo soy —sonrió con suficiencia.
Ella se encaminó a la puerta, pero se de