“¿En qué momento pasó esta mierda? ¿Fui tan despistada que me perdí que este loco estaba obsesionado de mí desde mi adolescencia? ¿Por eso papá quería casarme con él? Literalmente negoció con mi padre.”

Polina bufó, ahora mismo eso era lo que menos le importaba. Lo único que quería hacer era salvar a su hija y salvarse ella misma, así que trazó un plan mental y espero.

Pero esta vez la puerta se abrió como 10 minutos después y la persona que entró, provocó que Polina se enfadará mucho más. La sonrisa de su suficiencia de ella, la puso rabiosa.

Su perfume presuntamente costoso hizo que su estómago se revolviera.

Pronto entró de la habitación, haciendo que sus tacones resonarán en el suelo.

Polly quiso borrar la satisfacción de un puñetazo en su cara de estúpida.

—Vaya, aquí está la princesa de Marco, ya no te ves tan altiva sin los vestidos caros que sueles usar para llamar la atención a los hombres. ¿Nada que decir? —preguntó irritada al ver que Polina ni siquiera se inmutaba.

Su espa