28. ¿Por qué estás mirándome así?
Polina sintió su cuerpo rodeado por el de Marco con una intensidad sobrecogedora.
Sin embargo, su forma de actuar era lenta, casi calculada. Cuando la acostó en la cama y la miró de esa manera. Polina no pudo evitar temblar. La besó en la garganta erizándole la piel sensible, pero en esta ocasión se comportó distinto, él nunca era delicado, él poseía devoraba, sin embargo, esta noche, si lo estaba haciendo de una manera totalmente distinta la desconcertándola.
Polly le agarró a sus hombros clavando las uñas sobre esta zona sin querer dejarlo ir.
Su boca pecaminosa repartió un reguero de besos hasta llegar a un punto que mordisqueó a su antojo, él la conocía tan bien.
—Marco… —el gemido de su voz susurrando su nombre ocasionó que el hombre apretara la mandíbula completamente excitado y no lo ayudaba que ella estuviera retorciendo sus caderas contra las suyas creando una fricción maldita.
Necesitaba controlarse.
No quería tomarla como siempre hacía.
Marco la desnudó con facilidad mientr