223. La sangre llama
—¿Dónde estás nuestros bebés? —le preguntó ella aturdida cuando sus labios se separaron—. Ellos están bien…
Al ver su preocupación, él enseguida decidió calmarla.
—Nuestros terremotos están bien, están sanos, los traerán enseguida con nosotros.
Cuando los médicos le habían dicho que podía ver a sus hijos Dimitry no tuvo el valor para hacerlo solo, no cuando Satarah aún no había despertado, necesitaba que que ambos hicieran eso juntos. Sino lo sentiría como una traición.
Ahora estaba tan ansioso como ella necesitando ver a sus hijos.
—Ya quiero verlos y cargarlos…
Sus ojos enseguida volvieron a humedecerse y Dimitry pasó su pulgar por su pómulo necesitando consolarla.
—Lo haremos.
—¿Cómo estás, Malyshka? ¿Cómo te sientes?
—Adolorida, pero tan feliz…
Los dos se miraron en un mar de emociones intensa donde el amor se notó en las pupilas del otro.
—Dim… ¿Qué pasó?
Estaba tan confundida.
Dimitry la miró con adoración, sin poder ocultar aquella mirada.
Su mano se deslizó por su cabello ac