102. Estás enamorada de él
La ira mezclada con los celos hacía que Dimitry actuara de manera precipitada.
Había pasando demasiado tiempo descansando, no por él. Por Satarah, quien a duras penas lo dejaba solo por minutos.
Hubiera mentido si dijera que no le gustaba la atención de su mujer, de hecho, era más que eso.
Seguía controlando su imperio desde su habitación y Valerik se había hecho cargo siendo su mano derecha. Él era un hombre de acción pero el estar con Satarah eclipsaba cualquier emoción que antes le pareciera importante.
No podía estar sin su mujer por demasiado tiempo, se había hecho adicto a ella. Aunque eso no fuera algo nuevo.
Pero ella no lo sabía.
Se había levantado y se asomó por la ventana para ver el panorama de la casa pero ahí la vio.
Abrazada a Gian y los impulsos le habían ganado.
Cinco días eran suficientes para estar en la cama, mucho más si la presencia del bastardo de Ricci jodía su paz.
—¡¿Dimitry?! ¡¿A dónde vas, hijo?!
Él apretó la mandíbula ignorando a su madre.
El dolor de la