Antes de que estuviera a punto de firmar, unos golpes sonaron en su consultorio y sus acciones fueron pausadas.
El doctor Owen fue a revisar, escuchando cómo la enfermera le comunicaba lo que estaba pasando.
—El señor Aguirre está aquí, y está pidiendo entrar para ver a su esposa.
El doctor Owen sabía la gravedad del asunto. Oliver no podía saber que Victoria estaba embarazada, y menos que cada mes no se realizaba ningún tratamiento de inseminación in vitro.
La noticia de la llegada de Oliver hizo que el doctor Owen frunciera el ceño con preocupación.
La delicada situación que enfrentaba Victoria se volvía aún más compleja con la presencia de su aún esposo, y el secreto del embarazo agregaba una capa adicional de dificultad.
—Por favor ofrécele algo y trata de retrasar su entrada lo más que puedas —ordenó el doctor Owen a la enfermera, intentando ganar tiempo para abordar la situación.
No podía negarle que pasara, o podría comenzar a sospechar de ellos, algo que definitivamente quería