Victoria estaba a punto de empezar a preparar la comida cuando el timbre del apartamento comenzó a sonar de nuevo. Al principio creyó que Oliver había regresado y estaba dispuesta a decirle que la dejara en paz, pero Kate la detuvo colocando su mano en su hombro.
—Yo lo haré por ti… —Kate había podido leer la idea implícita en el suspiro de su amiga. Victoria asintió agradecida y dejó ir a su amiga.
Unos segundos después, Kate regresó. Victoria creyó que eso había sido muy sencillo, cuando notó la expresión de horror de su amiga, entonces miró detrás de ella y entendió la situación.
Su sangre recorrió rápidamente su torrente sanguíneo cuando vio al hombre que le había mentido y secuestrado, apuntándole con un arma a Kate.
—Leonardo…
—Veo que ya te hablaron de mí, pequeña flor. O es que acaso… ¿Ya te acuerdas de mi? —Leonardo sonrió con una expresión burlesca.
Victoria sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar la voz de Leonardo. Su mente comenzó a girar, tratando de recorda