35. Un hombre enamorado
POV ALEJANDRO BALESTRI
Ha pasado dos semanas desde que llegué a Italia. He intentado mantenerme enfocado en lo esencial: la recuperación de mi padre. Entre visitas al hospital, reuniones con los médicos y una lista interminable de gestiones, he procurado mantener mi mente ocupada y mis emociones bajo control.
Pero en noches como esta… el silencio pesa más.
No he vuelto a comunicarme con ella.
Philippe evita darme detalles sobre Irene, pero no necesito que me lo diga: sé que está molesta.
Y, lo peor, es que yo también lo estoy… conmigo mismo.
Por no haber tenido el valor de desnudar mis sentimientos. Por permitir que el orgullo hablara en lugar del corazón. Y cuando por fin quise hacerlo, las palabras simplemente se ahogaron… justo donde más dolía.
La ausencia pesaba más cuando el reloj marcaba las once y la única compañía que tenía era una copa de whisky y mis propios pensamientos.
El sonido de la puerta interrumpió mis pensamientos.
Víctor entró sin pedir permiso, como siemp