36. Noche de gala
POV IRENE SAINT
Han transcurrido casi dos meses desde la partida de Alessandro. Ha llamado en repetidas ocasiones, y solo en contadas oportunidades tuve el coraje —o la debilidad— de contestar. Bastaron un par de videollamadas para recordarme por qué su sola presencia logra desestabilizarme. Me restringí a conversar sobre asuntos laborales: los progresos en Lefevre Corp, los reportes, los documentos pendientes. Evité sostener su mirada demasiado tiempo… para no sentir más de lo necesario.
Entre nosotros, el contacto ha sido mínimo… pero la ausencia, devastadora.
Aiden, por su parte, aún no ha logrado ganarse por completo mi confianza. Su lealtad se percibe tan frágil como su sonrisa, aunque debo admitir que, hasta ahora, ha sabido mantenerse al margen. Pues desde aquella conversación en la que le dejé claro que no tenía ninguna posibilidad conmigo, ha respetado los límites. Aun así, no puedo negar que su apoyo durante la terapia de mi madre ha sido constante y genuino. Pero lo qu