31. Donde más te duela
POV IRENE SAINT
Este era mi momento. El juicio había sido intenso, una verdadera batalla verbal, a pesar de los intentos desesperados de la parte contraria por sostenerse en argumentos vacíos. Yo había desplegado cada una de las pruebas con astucia, pieza tras pieza, hasta construir un muro imposible de derribar.
Tras un análisis exhaustivo de los alegatos y pruebas presentadas, el juez se incorporó lentamente. El silencio se adueñó de la sala; era la expectación propia de un momento decisivo. Incluso el aire parecía detenido, aguardando el veredicto. Con voz grave y firme, propia de la autoridad que representa, el magistrado rompió la tensión:
—Esta corte dicta fallo a favor del señor Alessandro Balestri, a quien se le reconoce el dominio absoluto de todo lo que constituye el imperio Lefevre. Asimismo, en el plazo de un mes, se le otorgará el apellido Lefevre con todos los derechos que ello conlleva.
Hubo un murmullo contenido, pero el juez alzó una mano y continuó con severidad