Había llegado el día de la boda, Lianett solo tenía cansancio y estrés, por eso su cuerpo cedió, así que la cena de ensayo se llevó a cabo y la boda estaba por realizarse.
Era un día hermoso y el ambiente estaba hecho un caos con las personas corriendo de un lado al otro. La sonrisa de Lianett parecía brillar como nunca y la de Clément no era menos, finalmente había llegado el día.
—Estás hermosa. —Julieta miró a su amiga. —Realmente hermosa. —Lianett sonrió un poco más, tenerla cerca le hace muy bien.
—Gracias. —Susurró mirándose al espejo. —No puedo creer que se haya llegado el día. —Suspiró profundamente. —Finalmente me casaré. —El torbellino que se escuchó de pronto la hizo carcajear.
—¡Pareces una princesa, mami! —Lesath la miró con ojos brillantes.
—Lastima que papá no sea el príncipe. —Yusaf sonrió débilmente.
—Sí, se supone que el príncipe siempre es el caballero que salva a la princesa. —Artem miró a su madre. —Pero si eres feliz con Clément, seremos como papá. Esta