Liadrek
Caminé en dirección al bosque con mi miseria sobre los hombros, mientras la desesperación y la desdicha me torturaban, llevándose mi capacidad de respirar.
De verdad, sentía que me asfixiaba.
¡Por los Woses y guías!
Nunca antes me había arrepentido tanto de cometer un error. ¡Si tan solo hubiera sido más fuerte! ¿Por qué lo hice?
Me apreté el cabello con violencia, como si quisiera arrancármelo, pues la frustración e impotencia me estaban enloqueciendo.
Caminé sin rumbo, luego corrí, como si escapara de mí mismo y de la traición que me acusaba. Pero, al mismo tiempo, más allá de la culpa, también estaba el resentimiento.
Una parte de mí gritaba lo injusta que era Laurel al tratarme como si no significara nada en su vida. Al fin y al cabo, yo estaba bajo la manipulación y el encanto de la desalmada de Dariela.
—¿Por qué no valgo lo suficiente para ti? ¿Por qué te es tan difícil perdonarme algo de lo que no tuve control? ¡Ah, pero a tu amado Draevor sí le perdonabas todo! ¡Él er