Dariela
¡Ah! ¡Qué frustración!
Tiré todo lo que mis manos alcanzaban, destruyendo los pocos ajuares que esta casucha tenía. Odiaba este lugar, pero más odiaba a la alfa esa.
¡Alfa! Una mujer tan pequeñita y corriente. Tenía que poner más presión, pero esa maldita era muy poderosa.
Tanto poder para consumir...
—Eres difícil de atraer, zorra —mascullé, frustrada.
Deseaba tanto su esencia, la belleza de su fuerza, la delicia de su poder.
Pero todos mis intentos fracasaban. ¿Cómo era ella resistente a mi habilidad?
Por lo menos ese beta tenía mucho por ofrecer, pero ella también frustraba eso. ¡Maldita!
Necesitaba alimentarme de otras fuentes para poder luchar contra la influencia de ella sobre Liadrek y así tener todo ese poder a mi disposición.
Los miembros de esta manada no tenían mucho que ofrecer, pero me ayudaría ponerlos en su contra y poder desequilibrarla.
—Liadrek, espero que me ayudes con esto. Solo un golpe final y ella quedará destrozada. Ese será mi momento para adueñarme de