Laurel
Traspasé el cristal y usé mi habilidad para paralizarla. Entonces miré sus ojos, y en su reflejo estaban las piezas rotas del espejo que se había destruido en Liadrek.
Ella había usado las piezas para provocarlo, para hacerlo perder la cordura.
No podía quitarlas de su mente, así que solo me quedó hacer una cosa: cambié las imágenes de los pedazos de vidrio.
Puse nuestros recuerdos más hermosos y preciados: nuestro compañerismo, risas, luchas y complicidad.
Cambié mi cara triste y decepcionada por esas sonrisas que solo él me provocaba, los momentos en el comedor, nuestros besos, el día en que nos marcamos y nuestros apareamientos.
—¡¿Qué haces?! ¡¡No!! —gritó Dakota, desesperada, mientras trataba de liberarse de mi poder.
Cuando sentí que había hecho lo necesario para calmar a Liadrek, entonces rompí los espejos y ambas regresamos al risco.
Suspiré aliviada cuando ya no había viento ni obsidianas, solo Liadrek de rodillas, con sus manos abiertas sobre el suelo y su cabello lar