Escapando de un mal amor. Capítulo Cruel porvenir
Cuando Olivia volvió a casa esa tarde, el aire parecía más denso, como si el mundo hubiese cambiado en unas pocas horas.
Su padre la esperaba en la sala, nervioso, con los ojos desorbitados como si la ansiedad lo hubiera devorado desde el momento en que ella cruzó la puerta.
Tuvo que explicarle con calma que su madre regresaría después, que no había nada grave, que simplemente se había demorado. Pero las palabras le salían trabadas, forzadas, como si cada una llevara el peso de la amenaza que acababa de recibir.
Su padre asentía, pero su rostro decía otra cosa. Estaba asustado.
Lo notaba en la forma en que fruncía los labios, en la manera en que se frotaba las manos una y otra vez. Aun así, logró calmarse, tal vez por el tono dulce de Olivia o porque prefería engañarse creyendo que todo estaba bien.
Esa noche, sin embargo, el silencio en la habitación fue insoportable. Olivia se recostó en la cama, pero no pudo dormir.
Las sábanas parecían frías, ajenas, como si ya no pudiera sentirse