La sacaron barata.
—¿No me digas que eres familiar del imbécil de Theo Jones?— le pregunto en tono molesto, mientras sostengo a la melosa de Ro en mis brazos y trato de aguantar el calor que me recorre todo el cuerpo.
—Es mi hermano ¿Por qué? ¿Lo conoces?
—¡Pues claro que lo conozco, fue el desgraciado que le puso algo en la bebida a Rocío!— le grito molesto. Esto no podía ser peor, habíamos salido de la cueva del lobo, para caer en manos de la Caperucita.
—¡Maldición! ¡Ese imbécil me las va a pagar! — grita más fuerte que yo, pegándole al volante del auto—. Dime exactamente qué fue lo que pasó.
No sé si era por el efecto de lo que habíamos tomado, o después de ese acto que ella no me provocaba la reticencia que le tenía al hermano, empecé a cantar como pajarito mientras íbamos de camino al hospital le fui contando con lujo de detalles lo que había sucedido.
—Y después de tomarme lo que quedaba del margarita de Rocío también me sentí mal.
—Ese pendejo desgraciado me va a escuchar, no puede utilizar mi b